«Sería injusto guardar en el cajón del olvido el dolor que causó ETA»

Juan José Mateos (Ciudad Rodrigo, Salamanca, 1972, fue antes guardia civil que escritor. Sobrevivió a los años de plomo de ETA en el País Vasco, donde se ha quedado a vivir, a pesar de los peligros que conoció. Inocentes. Las otras víctimas de la ETA (Arzalia ediciones) es su cuarto libro, de nuevo, un ensayo que evoca la actividad terrorista de la banda, pero esta vez, desde la mirada de quienes perdieron a seres queridos bajo las balas y las bombas. Prologado por el filósofo vasco Fernando Savater, este título es un homenaje- dice su autor- a quienes sufrieron, no solo el dolor por tantas muertes, sino también el silencio de una sociedad hostil.

¿Por qué ahora otro libro sobre ETA? ¿No deberíamos dejar que este conflicto duerma ya en el cajón de los conflictos superados? Este libro es la realidad del antes y del después, de una sociedad vasca obligada a estar en silencio porque aquella mafia terrorista así lo imponía con sus métodos. Es evidente que yo no estoy dispuesto a que algo con esta magnitud duerma en el cajón de los conflictos superados, ni mucho menos lo está. Las protagonistas, ya que la mayoría son mujeres, viudas, y el resto de las personas que han participado en esta historia real tampoco lo están y te aseguro que miles de personas, incalculables, que han sufrido de muchas y diferentes formas el terrorismo de la ETA y su entorno, están de acuerdo para que no se olvide, quieren seguir ampliando esta comunidad de activistas para seguir luchando contra el olvido. 

¿No se ha hecho suficiente justicia? No se ha hecho justicia, aquí donde vivo se sigue enalteciendo constantemente a terroristas con muchos asesinatos a sus espaldas y con ello siguen abriendo las heridas que nunca se cerraron. Los políticos se han rebajado concediéndoles todo a cambio de nada, cuando en otros contextos de criminalidad menores sería inadmisible conceder esos beneficios. Solo en Guipúzcoa somos una comunidad enorme al haber sido el lugar que, con mucha diferencia, más atacaron la ETA y su entorno. Si trasladamos eso al resto de España te aseguro que nadie quiere guardar este dolor en el cajón del olvido, sería injusto. Las historias que escribo son un breve resumen de estos más de 50 años de crueldad, por desgracia no se conoce apenas nada del día después del zarpazo, del atentado, del acoso.

Me considero español, castellano y por supuesto también algo vasco: me encanta vivir en lo que denomino la Suiza Española

Con 52 años y varios títulos publicados, ¿se siente más guardia civil o más escritor? ¿Y más salmantino o vasco? Un guardia civil normal, con vocación como es mi caso, quizás no nace como tal, pienso que muere como guardia civil; no deja de serlo cuando pasa a reserva o retiro, bajo mi punto de vista incluso después de morir seguimos siéndolo, ya que nuestros familiares, allegados y el resto de las personas nos siguen recordando como guardias civiles. Me considero español, castellano y por supuesto también algo vasco: llevo más de media vida aquí y me encanta vivir en lo que denomino la Suiza Española. Si la ETA y su entorno no hubieran sido derrotadas exclusivamente de manera policial, ¿alguien cree que el turismo a partir del año 2011 se hubiera incrementado en más de un 60% o las plazas hoteleras en más de 50% a pesar de que Bildu esté en contra de todo ese progreso? Si esa lucha policial hubiera atendido a las directrices políticas, si la policía y sobre todo la Guardia Civil no se hubieran volcado haciendo de la lucha antiterrorista una forma de vida aun dejando más de 400 compañeros asesinados, y miles de mutilados y heridos, ETA en 2011 hubiera seguido activa con su mafia y los empresarios y todas las personas aquí hubieran seguido sometidas.

Hablar con las víctimas para este libro, ¿ha sido terapéutico? ¿Siente que ha pagado una deuda con ellas?Llevo hablando con ellas muchos años, desde que trabajaba de ‘paisano’ 
(sin uniforme), en la Policía Judicial, en Intxaurrondo. El lector se dará cuenta de que esas viudas, huérfanos, extorsionados y todas las personas que con nombres y apellidos me ayudaron a escribir este libro y sufrieron aquella mafia no hablaban con casi nadie sobre este tema fuera de su entorno más cercano y en ocasiones ni con ellos, no era conveniente, pues a muchas o a la mayoría las siguieron acosando, amenazando y marcando. En realidad no se conoce lo que ha ocurrido, el silencio era y es un hecho incluso hoy. 

Pero hablaron con usted. De algún modo se tenían que sacar ese sufrimiento de dentro.Cada vez que acudía a visitarlas me contaban la dura vida que les quedó después, ya que no hablaban con nadie sobre ello, por eso surgió escribir este libro, cuando se lo propuse todas accedieron y hoy me lo agradecen, han estado y están abandonadas, ni los curas dentro de su labor parroquial les ofrecieron un apoyo. Hay que tener en cuenta que les negaron hasta oficiar los funerales y aniversarios, como podrán comprobar los lectores, ya no digo dar amparo moral, el clero vasco como documento en el libro apoyó mucho más a la ETA que a las personas que lo sufrieron, incluso alguno apretó el gatillo, como escribo en un capítulo. Sí, sin duda, ha sido terapéutico, muy doloroso y a la vez sanador, he llorado yo más que ellas, son un ejemplo de supervivencia y sí, esa deuda en parte está pagada, digo en parte, pues un libro es imposible que recoja todo lo que han sufrido.

Una gran parte de la sociedad vasca, casi al 100%, silenció a los muertos y a los que sufrieron de tantas formas aquella mafia

Cuando habla de que una parte de la sociedad invisibilizó a los muertos de ETA, ¿a qué parte se refiere? Una gran parte de la sociedad vasca, casi al 100%, silenció a los muertos y a los que sufrieron de tantas formas aquella mafia; no había otra manera, aprendieron a la fuerza a vivir en silencio. Quien se manifestaba en contra incluso en voz baja podía ser escuchado por cualquiera en el trabajo, en el bar, en cualquier lugar, los malos podían pasar desapercibidos, por eso callaban, a los suyos, a los disidentes también los asesinaron, ya no digo a quien levantaba la voz, no solo a las personas, se metieron en todas las casas, empresas, instituciones, fiestas, atacaron a los medios de comunicación. ¿Cuántas veces atentaron contra ellos?, ¿a cuántas personas asesinaron, mutilaron o hirieron por valientes? Inmediatamente, eran silenciados, con amenazas, o directamente les aplicaban su pena capital, los muertos, los mutilados, los heridos y todas las personas que sufrieron el terrorismo tienen mucho peso, eso no se puede ni se debe novelar, lo han edulcorado, blanqueado y hoy lo quieren borrar. A eso me refiero cuando digo que la sociedad vasca invisibilizó a los muertos.

¿Cree que la sociedad vasca todavía sigue teniendo miedo de ETA? La banda lleva más de 12 años desarmada.En estos más de 50 años de terrorismo etarra, como intento explicar, el miedo era un hecho. Hoy la sociedad vasca sabe que ya no matan ni ejercen aquella mafia, aunque el silencio es un hecho, incluso determinados medios no quieren, les es molesto o no les interesa hablar del tema, las personas siguen siendo prudentes, ya que el entorno pro etarra sigue activo y que a nadie se le olvide son radicales, en la medida de sus posibilidades hacen ruido y se manifiestan con los ‘ongi etorris’. En todas las localidades vascas y navarras en determinadas fechas siguen enalteciendo a los terroristas y su entorno, colocan sus fotos en pancartas, sus bares son santuarios constantes de enaltecimiento, eso hace que la sociedad sea prudente sobre todo en los pueblos pequeños, son sus ‘aldeas anacrónicas’. Y a quien lo dude le invito a venir, le hago de guía.

¿Hay también miedo político?A la izquierda radical, ya que no los considero abertzales, un patriota que es lo que significa este término, que quiere a su pueblo, no defiende a los que más daño hicieron. A quien más atacaron fue a los vascos y navarros, aquí es donde más atentados y asesinatos cometieron, 577 asesinatos, con mucha diferencia es donde más extorsionaron y eso es incalculable como otras cuestiones: amenazas, el éxodo vasco… A Bildu en realidad la sociedad que lo vota no les conoce, ya dejaron su rastro en los ayuntamientos hace años y no fueron elegidos de nuevo. Hoy están en las instituciones vascas y manejan mucho dentro de ellas, eso condiciona mucho a la sociedad y el Gobierno central los necesita para seguir en el poder. Eso es otra realidad y ahí está el miedo político.

Son historias de amor preciosas y truncadas por aquel sinsentido en las que nadie había entrado a detallar, son desconocidas

De todos los testimonios que recoge, ¿cuál es el que más le ha impresionado y por qué?La gran mayoría de historias son inéditas o contienen partes totalmente desconocidas incluso yo, después de conocer a cientos de personas tocadas por la ETA y su entorno me sorprendí mucho con situaciones cuando me abrieron no solo las puertas de sus casas también la de sus corazones para darme estás historias. El primer caso es sobrecogedor, tener familia numerosa, que un hijo piense que lo que le hicieron a su padre era por algo, que está justificado… Que aquel joven y hoy ya con más de 60 años haya militado toda su vida en la izquierda radical, que viva todavía en un entorno cerrado y se enfrente a sus hermanos hasta dejarles de hablar, es muy duro, por eso acordamos que era mejor omitir su nombre real. En los pueblos es todavía difícil vivir, siendo víctima de la ETA y su entorno, es una realidad imposible de detallar del todo. Son historias de amor preciosas y truncadas por aquel sinsentido en las que nadie había entrado a detallar, son desconocidas. La prensa y los telediarios se centraban en el impacto del atentado, del asesinato y a todas las acciones que tenían mucha resonancia o de personas conocidas por su estatus social, pero nadie se ha fijado en estas otras, en las otras víctimas de la ETA y su entorno. Es y fue desgarrador y como digo totalmente desconocido, por eso el libro está siendo tan demandado y quizás también por el éxito del anterior.

Como víctima usted mismo de un atentado, ¿qué diría a sus agresores si se los encontrara en una cafetería o por la calle?Aunque sufrí un atentado directo, nunca me he considerado víctima después de documentarme y analizar miles de acciones de la ETA y su entorno, no solo atentados, de todo el ‘espectro’ de su mafia, he visto tanto dolor que pienso que soy un privilegiado. Tengo contacto con varios disidentes de la ETA, todos han matado y algunos tienen muchos asesinatos y atentados a sus espaldas. Me gusta documentarme, no somos amigos. Alguno, no todos, me aseguran que lo que hicieron no tiene ni solución ni perdón; eso, solo lo saben ellos, otros justifican lo que hicieron con excusas sin sentido y hoy totalmente desmontadas. He discutido mucho con ellos y se les desmonta fácilmente, ya que el terrorismo proceda de donde proceda es injustificable. Alguno valora nuestro trabajo y tiene claro que el final del terrorismo fue por nuestra labor. Hay cuestiones por las que nunca me callaré como con el tema del perdón, eso lo deberían solicitar, ellos no sé cómo, pues solo ellos saben lo que piensan. Es una infamia que determinados políticos e instituciones para darles beneficios a los victimarios, a los asesinos y su entorno a cambio de nada intenten condicionar a estas viudas y a todas las personas que lo sufrieron, cuando algunos de ellos me reconocen que lo que hicieron no tiene perdón posible.

Fernando Savater llevaba casi 30 años sin prologar, ha sido muy bondadoso y como siempre valiente. Le estaré muy agradecido

El prólogo de Fernando Savater no deja títere con cabeza. ¿Resume también el espíritu con que usted escribió el libro? Es normal, Fernando como otras personas fueron muy valientes, ellos lucharon con la palabra contra la ETA y su entorno, no tenían armas de fuego, ni uniformes, ni aquellos cuarteles tan vulnerables y alzaron la voz, han sufrido mucho y se tuvieron que marchar de aquí, aun así desconocía la profundidad de los casos de los que escribo, como los lectores, por eso me prologó, muchos años antes él y otros valientes también lucharon con la palabra contra el franquismo y algunos fueron asesinados por el sinsentido de la ETA y su entorno, ahí se desmonta toda la trayectoria del terrorismo nacionalista vasco. Fernando llevaba casi 30 años sin prologar, ha sido muy bondadoso y como siempre valiente. Le estaré siempre muy agradecido.

Hay autores que han novelado lo que yo considero, no se debería novelar y más para dar una realidad edulcorada, blanqueada

Hay muchos libros sobre terrorismo de ETA: Patria, Las fieras, Purgatorio… ¿Los ha leído?  ¿Qué le parecen?Bajo mi punto de vista cuantos más mejor, eso sí de ensayo, documentados, he leído cientos, algunos muy técnicos y fuentes de información muy útiles, otros muy aburridos, los he leído por obligación, para poder hablar de ellos, por eso me inicié en la literatura por no encontrar libros reales trepidantes y que me engancharan desde el prólogo. Novelas por norma general no leo de ninguna, aunque para este libro no me ha quedado otra que leerlas. Hay autores que han novelado lo que yo considero, no se debería novelar y más para dar una realidad falsa, edulcorada, blanqueada, pero, son lo que son, novelas. Lo más perjudicial es confundir al lector cuando no conoce este tema, dando toques románticos a los terroristas y su entorno. Algunas me han provocado dolor, impotencia, bajo mi punto de vista novelar estas vidas para dar de alguna manera un aire conciliador a tanto sufrimiento sin consuelo, tergiversando la realidad es un pasteleo que de nuevo a revictimizado a las personas de las que yo escribo, a las víctimas, como ellas mismas me manifiestan.

¿Cuántas monedas GAR (siglas de Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil) pagaría por la paz definitiva?He repartido cientos, he perdido la cuenta, invertiría todo lo que gano de mis libros para que la sociedad que de diferentes maneras justifica el terrorismo de la ETA y su entorno, nunca más lo hiciera. O al menos que no se pronunciara o enalteciera a los presos y a todos los que hicieron tanto daño, ya que algunos de ellos sí condenan otros terrorismos, como el de extrema derecha, el terrorismo de estado, el yihadismo… Así, de esta manera, sí se podría paliar ese dolor y mirar al futuro de una manera lógica cerrando heridas. Aunque las cicatrices son muy grandes, el nacionalismo y los radicales no cederán.

 

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