«A algunas víctimas de ETA no les han dejado ni siquiera ser viudas»

Juan José Mateos publica ‘Inocentes’, donde recaba testimonios de familiares de asesinados por la banda terrorista

Juan José Mateos es guardia civil y fue miembro del GAR entre 1999 y 2005. Se hizo conocido como escritor con ‘Pikoletos’, una obra en la que narraba las vicisitudes de la lucha contra ETA. Ahora acaba de publicar ‘Inocentes’, un inventario con 16 testimonios de víctimas del terrorismo con las que había ido trabando confianza en estos años. «He hablado con muchas viudas y puedo asegurar que he llorado yo más que ellas. Ellas lo cuentan con una enorme naturalidad y algunas necesitan hacerlo. Quieren que se conozca».

«El primer caso que explico es una mujer, que tiene una familia numerosa cuando asesinan a su marido, y uno de los hijos defiende a Herri Batasuna y les apoya». Ella se dolía amargamente de que en casa «no le habían dejado ni ser viuda». En buena parte de la familia, la muerte del padre es un tabú. Todavía en estos días, cuando se preparaba la publicación del libro, esa mujer pidió que no apareciese su nombre real. La obra alude a otro caso en que un allegado muy cercano pudo estar implicado en el crimen cometido por la banda terrorista.

El cuestionable papel que jugó un amplio sector de la Iglesia vasca también tiene protagonismo en el libro. «Viudas que tuvieron que pelear para que hiciera el funeral un cura que les dijo que él rezaba por los gudaris o una hija que dejó la catequesis porque allí le decían que los que habían matado a su padre estaban perdonados y que querían liberar Euskal Herria». Estampas de otro tiempo.

Cuenta varios casos

La obra aborda el tabú en que se convierte el crimen cuando una parte de la familia está radicalizada

«Otra de la historias que más me impactó fue la de Ángela. Su marido era mecánico en Irún. Su hijo mayor fue en bicicleta a buscarle al lugar donde había aparecido su grúa y encontró el cadáver. Hizo un gran esfuerzo para sacar a los hijos adelante». Ese es un elemento común, las penurias económicas que siguieron al asesinato en muchos de los casos.

«Lo que ha sufrido esta gente, también posteriormente, es terrible. Creo que es importante este libro porque pocas veces se ha tratado este tema sin novelarlo», apunta su autor. «Son historias muy bonitas y también desgarradoras. Hay casos de una crueldad terrible, como cuando las víctimas son niños».

Autor y víctima

El propio Juan José Mateos fue víctima de ETA «a los 20 días de salir de la academia» de la Guardia Civil. Estaba destinado en Salou para dar seguridad al aeropuerto de Reus. «En una de aquellas campañas de verano, ETA colocó cinco artefactos explosivos. Como solían hacer ellos, adelantaron el horario de la explosión y me lo comí yo, que tuve heridas graves, y murió la chica de la limpieza que venía conmigo y que yo conocía». Tras las operaciones y la baja, accedió al GAR. «Lo que viví yo es algo pequeño si lo pones al lado de lo que han vivido estas familias. Unos se marcharon tras el atentado, pero pensemos también en los que se quedaron aquí, en pueblos muy pequeños».

Los efectos del trauma y el estrés postraumático perduran. «Hijos que se han enganchado a la droga o al alcohol. Otros que no han podido hablar nunca de ello, algunos para protegerse. O niños que tienen lagunas enormes de aquellos años». Unas heridas que se reabren cada vez que en aquellos años de plomo «alguien se acercaba a esos chavales en el colegio y les decía que su padre era un txakurra o un chivato». ‘Inocentes’, que retrata también la ruptura de muchas familias y la desaparición de los amigos tras los atentados, quiere ser «un homenaje para todos ellos».

 

Fuente: Jesús J. Hernández

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