Juanjo Mateos, seis años en el GAR de la Guardia Civil contra ETA: "El Gobierno está dando ventajas a los asesinos de la banda"

Juan José Mateos (Ciudad Rodrigo, 1972) fue integrante del GAR (Grupo de Acción Rápida) de la Guardia Civil entre 1999 y 2005. Desde entonces, se ha autoencomendado la misión de dar su sitio a esta unidad y a su gran labor, que fue fundamental para la derrota de ETA. Su nuevo libro, Pikoletos: La derrota de la ETA y la élite de la Guardia Civil (Arzalia, 2022), documentado hasta el mínimo detalle, aporta datos inéditos que ayudan a descubrir un punto de vista poco conocido sobre la lucha antiterrorista en  España.

Mateos lleva a La Benemérita en su ADN. Ya de pequeño, cuando vivía al lado de un cuartel, le llamaba la atención esta institución y, en su juventud, confirmó que esa era la profesión a la que iba a dedicarse en cuerpo y alma el resto de su vida. El GAR entró dentro de sus planes en el momento que ingresó en la academia de Baeza. Mateos tenía claro que quería luchar contra ETA, y cuando conoció la existencia de esta unidad de élite en el centro de formación a través de varias fotografías, se marcó el objetivo de entrar. A los 26 años ya era un miembro más de este Grupo.

¿En qué consistía el día a día de un miembro del GAR en el País Vasco y Navarra durante esa época?Depende, nos levantábamos a primera hora de la mañana o hacíamos turnos de noche. Realizábamos deporte o formación, peinábamos de palmo a palmo las calles de las provincias vascas y Navarra, montábamos dispositivos, controles o cierres de zonas… Todas esas acciones se habían perdido, ya que la Guardia Civil normal no podía hacerlo, los estaban matando como a moscas. En conclusión, el día a día en el GAR era la ETA. Esos años no hacíamos nada más.

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Durante un Curso de Adiestramientos Especiales en la subida de San Lorenzo (La Rioja), cargando con mochilas de más de 20kg
Cedida por Juan José Mateos

Cuando arrestábamos a etarras, reconocían que nos tenían miedo, porque sabían que en vez de achicarnos, reaccionábamos

¿Cómo acogieron a los de su profesión en el País Vasco durante esos años?El trato que recibió el GAR en comparación con el de la Guardia Civil normal fue muy diferente, ya que ellos estaban totalmente replegados. Lo único que podían hacer era defenderse de los brutales ataques que recibían. Y a aquellos que servían a la Guardia Civil como institución les amenazaban, extorsionaban o asesinaban. ​En esos años tan convulsos con la Transición, hubo gente que agradecía la presencia del GAR, pero hubo otra parte que nos consideraba una fuerza represora, por lo que nos acogió mal. ​Cuando arrestábamos a etarras, reconocían que nos tenían miedo, porque sabían que en vez de achicarnos, reaccionábamos. ​De hecho, nuestra presencia se notó mucho, ya que en 1980 hubo 98 asesinatos y en el 81, que ya estábamos distribuidos tanto en el País Vasco como en Navarra, descendió a 36.

¿Cuál era la relación entre el GAR y la Ertzaintza?La Ertzaintza surge en 1982 y no empieza a desplegarse hasta varios años después. La Ertzaintza colaboraba, pero sobre todo iba a salir en la foto. El trato durante los primeros años era nulo, cero. Los veteranos me han contado que no nos saludaban, nos giraban la cara. Lo que ocurrió es que al poco tiempo empezaron a excluirles socialmente, se convirtieron en objetivo de la ETA y comenzaron a asesinarlos. Los radicales empezaron a llamarlos ‘cipayos’ y ‘txakurras’. Cuando todo esto sucede, empezó a haber buen rollo entre la Policía, la Guardia Civil y la Ertzaintza. ​El pueblo vasco la considera la Policía vasca, que lo es, pero es una policía totalmente politizada a día de hoy. No quiero decir que no sean grandes profesionales, que lo son, pero para ascender tienes que tener el carnet del PNV; si no, es muy difícil.

Usted mismo vivió en primera persona el terrorismo de ETA, ya que sufrió un atentado.La ETA hacía campañas de verano todos los años y recorría la costa española, desde Cataluña hasta Andalucía. Ponían artefactos explosivos para desprestigiar el principal motor de la economía española: el turismo. En ese momento, yo hacía 20 días que había ingresado en la Guardia Civil y estaba destinado en Vila-seca. La ETA hizo una amenaza de bomba en el aeropuerto de Reus, nuestra central nos avisó de que iba a comprobar esa información y cuando nos confirmaron que la amenaza era seria, se activó un protocolo de actuación. La ETA dijo que iba a hacer estallar un artefacto a las 19:30h, pero detonó la bomba a las 18:30h. 

Y ¿qué ocurrió?La Guardia Civil supervisamos determinadas zonas para ver si era posible detectar el explosivo. ​Durante la inspección, iba a entrar al baño de caballeros con la señora de la limpieza, yo iba primero y ella detrás de mí, y explosionó una papelera de la entrada. Toda la explosión se la llevó ella. Yo tuve lesiones, pero ella hizo como de parapeto, se lo llevó todo. Por desgracia, tras varias intervenciones, falleció. Además de nosotros, hubo otros 32 heridos muy graves. No supimos quién llevó a cabo el atentado, no es algo tan extraño, ya que hay más de 350 atentados con víctimas de la ETA en los que no se han detenido a sus culpables.

Curso Adiestramientos Especiales
Juan José Mateos, durante un Curso de Adiestramientos Especiales.
Cedida por Juan José Mateos

¿Cambió su vida tras el atentado?Nunca llegas a creer que vas a ser víctima de un atentado. Las lesiones físicas que tuve fueron duras, me han tenido que operar de la cabeza tres veces y he tenido muchas secuelas. Aunque cuando eres joven, del físico te recuperas. Tenía 23 años y estaba hecho un animal, ya que siempre he hecho mucho deporte. Pero el atentado te marca, sueñas mucho con ello. Si antes de un atentado eres muy dedicado con las medidas de autoprotección, después eres mucho más precavido, algo que es bueno hasta cierto punto. ​Tuve recaídas físicas y también a nivel psicológico, estas últimas son muy duras, mucho peores. Pero me pude reponer.

La educación es sectaria, en muchos colegios se sanciona a los niños que hablan en español, por eso mis hijos estudian en Francia

¿Cómo valora la situación actual tras todos los años de terrorismo?En el País Vasco y en Navarra es totalmente diferente al resto de España, que está concienciado con lo que ha pasado, no le importa hablar del tema, no es un tabú. La gente no tiene problema en hablar de ello y en dar la cara. Otra cosa es lo que ha ocurrido aquí. Hubo mucho miedo cuando ETA empezó a extorsionar, amenazar y asesinar. La ETA distribuía miedo y terror. Aquí o te pronunciabas a favor de ellos o te callabas. ​El nacionalismo radical lo hizo muy bien, hizo un lavado de cerebro. Se encargó de adoctrinar a los jóvenes para matar, atentar, mutilar, extorsionar, amenazar… era una estructura muy amplía. Dicen que más de 300.000 personas tuvieron que abandonar el País Vasco y Navarra, pero eso es falso, se tuvieron que ir muchos más. Las personas que fueron amenazadas no las puedo ni calcular. Por ejemplo, si decías algo en el bar y te escuchaba el ‘borroka’ que tenías al lado, te marcaban, incluso te amenazaban o asesinaban.

Pero hoy ya no hay asesinatos. Pero han logrado hacer una amnesia inducida a lo relativo a lo que representa España. Aquí han conseguido que cuando hay elecciones los partidos que están fuera del eje nacionalista estén totalmente descatalogados. El nacionalismo lo ha ensuciado todo, se ha metido en todas las casas. No se respira el mismo ambiente que por ejemplo en Burgos, es evidente. Aquí no quieren que España figure en ningún lado. Incluso la educación es sectaria, en muchos colegios se sanciona a los niños que hablan en español, por eso mis hijos estudian en Francia. ​A la ETA se le está tratando como si esto hubiese sido una guerra, que en realidad nunca existió. Este gobierno débil se tiene que amparar en el nacionalismo y ahora incluso en Bildu. ​Están tratando a la ETA como si fuera un armisticio, se les está dando ventajas a asesinos. Es una autentica vergüenza lo que está ocurriendo.

Hace 25 años ya del asesinato de Miguel Ángel Blanco, que marcó un antes y un después en la lucha contra ETA. ¿Cómo ha vivido estos días?Hay víctimas a las que les duele que solo se hable de Miguel Ángel Blanco, pero yo lo que les digo siempre es que cuando se habla de él se habla de todas las víctimas asesinadas. Miguel Ángel Blanco tiene que ser un símbolo, porque su asesinato causó la revolución cívica, fue cuando la gente se animó a salir a la calle masivamente. Marcó un antes y después. Ahora estamos viendo cómo actúa un gobierno central débil y unas instituciones vascas que días antes se negaban a poner una calle a Miguel Ángel Blanco en Bilbao.

¿Por qué ha escogido el término ‘pikoletos’ para titular su libro?Siempre he estado asesorado dentro y fuera de la Guardia Civil. En una reunión que tuvimos salió la palabra en broma y alguien dijo que era buena idea, aunque pudiese ser despectivo. Sin embargo, a mí mucha gente me lo dice como algo normal, incluida mi madre. ​El título de un libro tiene que verse, tiene que hacerse notar. En menos de un mes ya se está vendiendo mucho, no por el título, sino por el contenido. A quien le gusta este tipo de lectura, policial y trepidante, está encantado.

¿Qué le dicen sus lectores?Está mal que lo diga, pero 5.000 copias vendidas en menos de un mes es una barbaridad. La gente no ha leído nada así, esto no es una novela como Patria, es un libro ensayo, con datos reales y fotografías impresionantes.

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